La aparición de los nuevos F-91 con acabado metalizado (F-91WM) ha traído de nuevo a la actualidad la variedad de recubrimientos existentes en los relojes. Más aún si añadimos a la lista los recubrimientos de brazaletes, como el de los B640 con acabado iónico (B640WC). Por eso, desde Zona Casio hemos creído conveniente volver a hacer un pequeño repaso a todos estos acabados y a sus propiedades y diferencias, con la intención de que, sabiendo un poco más sobre su mantenimiento, podamos disfrutar de un reloj en un estupendo estado y evitar que envejezca prematuramente.
No obstante, no tocaremos aquí los acabados PVD (coloquialmente conocidos como "pavonados") ni iónicos, ni DLC, algo que ya hemos afrontado en otras ocasiones y que, además, haría que este artículo tuviese unas explicaciones abrumadoramente extensas.
Empezaremos con el pintado, un acabado que no solamente incorporan los nuevos F-91WM, sino relojes bastante más caros como los Casio W-213 (en su versión con armis) o los Casio AE-1200 (también en su versión con armis). Aunque popularmente sea bastante denostado, este acabado posee muchas virtudes, incluso más que el cromado. No obstante comenzaremos por uno de sus principales defectos: su durabilidad. Al sufrir la misma fragilidad que la resina soporte, como ésta, es muy proclive a arañazos, desgaste y rozaduras. No obstante las pinturas modernas son bastante consistentes, y suelen tener una vida prolongada si cuidamos mínimamente el reloj.
Aún así, con el tiempo, la resina pintada tiende a desaparecer y más tarde o más temprano hay una alta probabilidad que empiecen a descubrirse zonas de resina desnuda, especialmente en aquellas partes proclives a rozaduras constantes, como bordes de pulsadores y de la caja.
El pintado de cajas de resina es diferente al tintado. El tintado, como su nombre indica, consiste en impregnar la resina antes de ser fundida y, por lo tanto, forma parte inseparable de la misma. Relojes con este tipo de cajas son las variantes del Casio AE-1200 en sus versiones de correa de nylon, por ejemplo.
Al igual que el pintado, el tintado no altera las propiedades de diseño del reloj, por lo que éste sigue ofreciendo las mismas que las del modelo sin tintar o sin pintar, incluyendo la misma resistencia al agua.
Por otro lado tenemos el cromado, una técnica habitual en los relojes con bases metálicas, pero relativamente reciente en los de resina. Desde finales de los años setenta se ha mejorado enormemente la técnica del cromado, y ahora estos modelos suelen tener una calidad mayor.
El cromado añade una fina película protectora, que provee a la resina de mayor resistencia tanto al desgaste como a los arañazos. Con el cromado evitamos que el reloj desprenda microscópicas partículas de polímeros, impidiendo por lo tanto el efecto de "lijado" que, con un uso constante, los relojes de resina suelen sufrir (llegando incluso a desaparecer motivos decorativos de sus cajas).
Al contrario que el pintado, que suele cubrir solamente la parte frontal del reloj, el cromado es un baño que se hace a toda la caja, incluyendo las partes traseras. Al ser una fina película, y por lo tanto aumentar la distancia de las partes móviles (pulsadores y botoneras en general), estos relojes suelen presentar una menor resistencia al agua, debido a ello es normal encontrar modelos de cajas de resina con resistencia al agua de cincuenta metros, y su idéntica variante cromada con resistencia al agua solo "Water Resist".
Otra de las virtudes del cromado es que nos ofrece la posibilidad de disfrutar de un reloj con mayor resistencia que uno de resina, sin penalizar su peso, y a un precio más bajo que si fuese una caja de metal o chapada.
Además, el cromado nos da un lustre brillante más "natural" que la resina pintada, y un tacto más suave que aquella.
Por último, el chapado es el paso intermedio antes de una caja íntegramente de metal. Consiste, como su nombre indica, en un recubrimiento metálico ("una chapa") que suele disponerse sobre la cara frontal del reloj, encima de la resina. Se puede diferenciar en los laterales y/o en la parte trasera los puntos de unión, y su proceso de fabricación, aun siendo más costoso que el pintado, el tintado y el cromado, es más barato que el metal macizo.
Los relojes chapados tienen como contrapartida, por lo general, que requieren de una capa de soporte gruesa, por lo que sus cajas suelen ser más grandes que las cromadas o pintadas, así como más voluminosas. Debido a su construcción robusta un chapado suele incluirse en relojes con resistencia al agua de cincuenta, cien metros o incluso superiores.
Cuidados y mantenimiento de los diferentes acabados
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